Terminar y volver con la pareja ¿Por qué y cómo afecta?
La mayoría de las personas, iniciamos relaciones sentimentales deseando que estas sean duraderas. Sin embargo, nuestras expectativas no siempre se cumplen.
Cuando existe una ruptura las opiniones tienden a dividirse, hay quienes aseguran que es mejor continuar por caminos separados ya que las segundas oportunidades nunca fueron buenas pero también hay quienes piensan que, de un nuevo intento por fortalecer el vínculo, podemos obtener resultados muy positivos.
¿Pero qué pasa cuando terminar con y regresar a la relación se convierte en él común denominador de una pareja?
Todos somos susceptibles a caer en estos ciclos interminables.
¿Por qué entramos al círculo de cortar y volver con la pareja?
Las relaciones sentimentales no son estáticas, cambian y se transforman con el paso del tiempo. El enamoramiento inicial, caracterizado por la euforia, la pasión y la idealización al otro, da paso a un sentimiento más maduro basado en el compromiso y la tolerancia. Esto en el mejor de los casos, y si ambos son capaces de evolucionar a la par.
En otras ocasiones, estos cambios no son comprendidos ni bien recibidos. Cuando comenzamos a descubrir los fallos en el otro, los puntos débiles de la relación, nos asustamos, asumimos que algo no va bien y huimos del vínculo. Sin embargo, sucede también y en ocasiones en poco tiempo, empiezan a surgir las dudas, incluso arrepentimiento por la decisión tomada. Extrañamos la compañía del otro y los beneficios que nos reportaba estar en pareja y decidimos volver e intentarlo de nuevo.
El problema surge precisamente de esta base: no terminamos con el otro porque existan diferencias irreconciliables, lo hacemos porque no comprendemos que la evolución de la relación es natural. Del mismo modo, no tenemos un plan de acción que nos ayude a lograr que esta vez todo sea diferente; simplemente actuamos movidos por impulsos, y es esta inmadurez la que cronifica el ciclo.
¿Cómo nos afecta cortar y volver con la pareja?
Cortar y volver constantemente con la pareja resulta más dañino de lo que podemos llegar a imaginar. Nos sumerge en un estado de alerta y ansiedad indefinido que mantiene a nuestro organismo experimentando elevados niveles de estrés.
Por otro lado, al mantenernos en este estado de peligro constante, perdemos la capacidad de procesar información y comenzamos a actuar de forma impulsiva y primitiva: atacando, defendiéndonos o huyendo. Así, es frecuente que la comunicación se deteriore cada vez más.
Por tanto, el vínculo que debería aportarnos afecto y seguridad resulta completamente inestable por lo que no solo no podemos apoyarnos en él, sino que es una gran fuente de angustia. Esa ausencia de compromiso aumenta la incertidumbre en el futuro y genera insatisfacción e infelicidad.
No podemos dejar de lado, que cortar y volver con la pareja es un patrón que suele repetirse y cronificarse, por lo que el sufrimiento y el desgaste emocional se prolonga durante años. Estas personas no consiguen ponerle fin a la relación, pero tampoco logran alcanzar un punto en la que esta contribuya a su equilibrio y bienestar.
Tomar una decisión para romper el ciclo
Retomar una relación tras una ruptura puede ser beneficioso y ayudar a fortalecer el vínculo. Normalmente, sucede así si se ha reflexionado sobre el origen de los problemas, se han buscado soluciones y consensos y se ha trabajado y madurado a nivel personal. Si las rupturas y reuniones se suceden, es momento de tomar una decisión: estabilizar el vínculo o terminarlo definitivamente.
Ambas alternativas pueden resultar sumamente complicadas dado que el ciclo ya se ha instalado y existen tendencias personales que nos mantienen en esta dinámica. Por ello, buscar ayuda profesional resulta sumamente necesario.
La terapia psicológica puede ayudarte a identificar la mejor solución y ponerla en práctica, bien sea que se decida continuar o terminar. Si te identificaste con esta información o sientes que estás en esta dinámica, no dudes en pedir apoyo.
¡No te dejes para después!